El placer es infinito, altivo y esbelto,
nos inclinamos ante el sin dudarlo un momento,
sintiendo el ritmo que nos acelera y nos embriaga,
con un torrente de emociones que fluyen como la lava.
Placer es erizarnos y no resistirnos al deseo,
es percibir que las hormonas se excitan todo el tiempo,
liberando nuestros instintos más primitivos y contenidos,
hasta explotar en cada entrega y sentirnos inmensamente vivos.
Placer es conjugar amor, deseo y dulzura,
es combinar esta trilogía en el alma sin penas ni amarguras,
es traspasar el umbral de trastocar lo prohibido,
liberando esa llama interna que nos revolucionan los sentidos.
Placer es beber de tu sed sedienta de tu sexo,
es hacerte vibrar en las noches frías de invierno,
es prolongar el tiempo del éxtasis tan añorado,
es excitarse ante el roce de nuestros cuerpos apasionados.
Placer es recorrer tu piel esbelta por entero,
es derramar mi mejor champagne en ti y besarte con mi fuego,
es percibir que te enloqueces,gimes,sudas,te estremeces,
es sentir que nuestro amor es perpetuo, grande, puro y para siempre.
