Desnúdame con tus manos lentamente
solo rozando mis pechos y caderas
deslizando también tus dedos
déjame ver las estrellas.
Mira mis ojos y abre tu boca
libera mis senos prisioneros
para así volverme loca.
Se abrirán a ti como dos rosas tiernas
apretando tu lengua en ellos
y entre gemidos, sudores y temblores
con aire abrazador en mis pulmones
abriré mi rosa oculta de tal manera.
Y te diré revolviéndome
en el delirio del deseo y del silencio
que deseo tu cuerpo como nunca
como ahora, y para siempre.